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Cerro Leonera

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Cerro Leonera

CERRO LEONERA
19 y 20 de Diciembre de 2015

Leonera: lugar de leones. Los arrieros se refieren al puma como «el león», y seguramente bautizaron el cerro por ser un sector frecuentado por «leones». El Leonera es un lugar estratégico para los pumas, puesto que domina varios puntos de engorda de la zona: Piedra Numerada en el valle de Molina, Villa Paulina, y el sector de Piuquenes y Barros Negros de La Parva. En otros tiempos, el cordón de cerros que culmina con el Leonera debió ser usado por las familias de guanacos para cruzar de un valle a otro en busca de vegas. Hoy, ni pumas ni guanacos frecuentan el lugar, aunque sí se pueden ver cóndores con facilidad.

Escrito por Paula Urizar
Fotografías: Diego Ramos y Paula Urizar

Asistentes: Diego Ramos + Daniela Torrealba, Ariel Russel + Verena Rinnofner + Víctor Calquipán, Martina Monckeberg + Ignacio Villagra, Cristian Figueroa + Axel Figueroa, Ingrid Alvial + Rodrigo Carvajal + Pamela Norambuena, Francisco Torres + José Moscoso, y Paula Urizar + Felipe Grasset.

La Salida al Cerro Leonera -segunda salida de aclimatación para el ascenso al cerro El Plomo 2015- con fecha original para el 12 y 13 de Diciembre se realizó finalmente el fin de semana del 19 y 20 de Diciembre. Personalmente estaba con toda la energía de subir un cerro, después de 2 meses desvinculada de toda actividad de la Rama por encontrarme trabajando en el norte, estaba muy contenta por haber llegado a Santiago justo para esta salida. Sin embargo ésta se cambió al siguiente fin de semana por una extraña mezcla entre inexistencia de un encargad@ de la salida y una pequeña tormenta pronosticada en el sector de El Plomo. Pese a la postergación de la salida, con vari@s compas de la Rama nos organizamos para subir El Pintor ese domingo 13, la motivación por salir y la organización fueron suficientes para que, por lo menos, saliéramos por el día.

Con la salida postergada tuvimos una semana extra para poder organizarnos y así fue como Ariel Russel decidió hacerse cargo de la salida y Daniela Torrealba encargarse del transporte. En esta ocasión ninguno de quienes iríamos al cerro tenía auto, por lo que tuvimos que arrendar un vehículo que salió bastante “carozi” pero que la rama subvencionó en parte a los socios con las cuotas al día (vieron: es bueno pagar las cuotas). Con los asistentes claros y el transporte definido nos encontrábamos listos para irnos al cerro Leonera.

Sábado 19 de Diciembre

9 am frente a la torre Telefónica comenzamos a llegar todos muy puntuales al punto de encuentro. Don Luis, el conductor del vehículo, nos arrió para que comenzáramos a subir las mochilas y así antes de las 9.30 am nos encontrábamos saliendo rumbo al centro de Ski La Parva.

Fotografía: Paula Urizar

Estando en La Parva, en el estacionamiento llamado Campamento Base, nos comenzamos a preparar para subir: primeros y segundos desayunos, idas al baño y compras del ticket para el andarivel. La Dani bien “vivaldi” recordó traer el Ticket que ocupó el fin de semana anterior cuando subimos al Pintor, yo que tenía el mismo plan, “longimente” olvidé mi ticket así que tuve que pagar nuevamente así como todos, a excepción de Ingrid y Rodrigo que ya habían comenzado a subir el primer tramo a pie como parte de su preparación para el Tupungato.

Al medio día nos encontrábamos todos disfrutando del paseo en andarivel. El día estaba completamente despejado y la temperatura muy agradable. Al llegar al Portezuelo de la Laguna Piuquenes definimos los puntos de reunión y definimos que el lugar de campamento lo decidiríamos al llegar a las pircas de El Pintor, pudiendo ser ahí o en Cancha Carrera. La primera parada la hicimos en la falsa Parva y luego en el refugio ubicado entre la Parva y El Pintor. Además de hidratarnos, comer, y disfrutar el estar ahí, Pamela Norambuena se preocupaba de tomar contacto con Ingrid y Rodrigo por medio de las radios que traían.

Fotografías: Paula Urizar

A eso de las cuatro de la tarde comenzamos a llegar a las pircas del El Pintor y ya estando todos reunidos decidimos armar el campamento en este punto y no en Cancha Carrera para aclimatarnos mejor. Contentos por estar instalándonos tempranito, comenzamos a derretir suficiente agua para los tecitos, los matecitos, la cena, el desayuno y toda el agua que necesitaríamos para hidratarnos

al día siguiente. Por mi cuenta el haber subido al mismo ritmo que el fin de semana anterior había subido a El Pintor, pero esta vez con carga, me provocó un malestar en la cabeza que me obligó a recostarme e intentar dormir en la carpa. Luego de la hora y media que estuve dormitando, recuperé mi energía y me pude sumar a la tertulia que mantenían mi cordada, la Dani y el Diego. Como ya no sentía que mi cabeza iba a explotar, me puse a tomar algunas fotos y noté lo tranquilo que estaba el campamento. Recién a eso de las seis de la tarde se comenzaron a ver los ramer@s dando vueltas por ahí y por acá. A las siete nos reunimos todo el grupo para coordinar el día de cumbre, saber cómo nos sentíamos y presentarnos, porque entre varios no nos conocíamos. Saldríamos a las 5 am, esperando demorar 5 hrs hasta la cumbre.

Domingo 20 de Diciembre

Fotografías: Paula Urizar

4 am: las alarmas apenas se escucharon por el fuerte viento que golpeaba nuestras carpas. Varios al despertar nos preguntamos si saldríamos, sin embargo comenzamos a prepararnos de igual modo. A las 5:30 am ya nos encontrábamos todos listos a excepción de Ariel, Francisco y José que no se sentían bien para hacer cumbre ese día. Respecto al viento, que estaba bastante fuerte, decidimos caminar hasta Cancha Carrera y evaluar las condiciones climáticas. Llegamos hasta este punto bastante rápido y ya comenzaba a aclararse el cielo nocturno. Pamela era quien abría, yo quien cerraba, andábamos bastante juntos, el viento continuaba fuertísimo. Luego de pasar el sector de Cancha Carrera comenzamos un tramo bastante rocoso que a momentos se veía como un puente. A nuestra derecha teníamos el glaciar El Plomo, enorme, nuestras caras lo miraban con admiración y con la determinación de que el fin de semana que vendría estaríamos por allá. Luego de este tramo, comenzamos a separarnos, la altura comenzó a obligarnos a algunos a andar más lento. El último tramo para llegar a la cumbre lo hicimos más separados, sin embargo tod@s llegamos arriba entre las 11 y 11:30 de la mañana. Diego tomó las fotos cumbreras, porque yo con el frío que tenía era incapaz de sacarme los guantes para sacar fotos.

Fotografías: Diego Ramos

A los más estuvimos una media hora arriba y comenzamos a bajar, debíamos llegar a desarmar el campamento y llegar antes de las cuatro y media a tomar el andarivel. La bajada la hicimos en la mitad del tiempo que nos demoramos en subir, sin embargo a varios se nos olvidó respirar al bajar tan rápido y llegamos con dolor de cabeza al campamento. Sin viento por fin pudimos disfrutar un

poco de sol de ese día antes de comenzar a guardar y a las dos y media comenzamos el tramo final. Todos alcanzamos el andarivel y poco a poco nos fuimos encontrando en el estacionamiento. Desde La Parva hasta las empanadas de La Ermita no se escuchó ni una palabra en el bus a excepción del chofer que venía conversando conmigo y con Felipe. Don Luis, el conductor del vehículo, no se hizo problema y esperó a que pasáramos por empanadas e hiciéramos nuestra respectiva evaluación. En ésta se destacó la actitud de la cordada Figueroa quienes se aguantaron el frio que había por el viento al esperar siempre a todo el grupo y se agradeció a Diego por su entusiasmo con la cámara. También se conversó sobre nuestra impuntualidad el día de ataque de cumbre, ya que salimos 30 minutos tarde y que estos nos hubiesen venido muy bien para bajar sin apuro al regreso. Y finalmente lo importante que había resultado esta salida para conocer cómo reacciona nuestro cuerpo y mente en altura para quienes subíamos por primera vez cerca de los 5.000 msnm y así prepararnos mejor aún para nuestra siguiente salida: el ascenso al El Plomo.

Fotografía: Paula Urizar