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Volcán San José – Diciembre 2019

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Volcán San José – Diciembre 2019

Les dejamos el relato de la salida de 5 de nuestr@s miembr@s al Volcán San José, última salida del año recién pasado.

¡Disfrútenlo!

El San José sin duda es uno de los cerros más icónicos del cajón y es imposible no maravillarse con su imponente altura (5856 msnm), llegando a verse desde distintas partes y cumbres, lo que le genera a cualquiera el deseo de siquiera acercarse a sus pies. Este volcán fronterizo se encuentra ubicado en las nacientes del río Volcán, a 45 km al este de San José de Maipo.

Participamos de esta salida Gaby Anríquez, Vale Guevara, Juampi Cajigal, Scarlette Carlsson y Chuchú Vergara. Sin embargo, llevamos en nuestro corazón a nuestrxs compañerxs que tuvieron que bajarse de la salida <3

Partimos rumbo al cajón el día sábado 28 de diciembre, habíamos acordado juntarnos en las mercedes a las 8:30, y a las 9:20 aproximadamente comenzamos nuestra aventura. En el viaje hacia el Cabrerío nos fuimos cantando algunas canciones en francés que puso el Juampi y las mismas 5 canciones de La Oreja de Van Gogh que nos acompañarían durante todo el viaje, ya que solo alcanzamos a descargar esas antes de que se fuera la señal.

La emoción se sentía! todxs estábamos ansiosxs por los paisajes que nos esperaban, y probar la experiencia de estar a gran altura ya que algunos nunca lo habían estado. Además estábamos nerviosos porque aclimatamos solo una vez en federación algunas semanas antes, así que también íbamos a probarnos a nosotrxs mismxs.

Al llegar, a penas nos bajamos del auto se acercó un chiquillo a decirnos que los estacionamientos había que pagarlos, nosotrxs le dijimos que no teníamos idea de eso, entonces nos dijo que nos haría un precio de 4000 por los cuatro días que estaríamos (para que lo tenga en cuenta quien quiera ir en el futuro). Además nos aseveró que dejáramos la ventana del auto un poquito abajo para que no explotaran los vidrios, lo que nos pareció extremadamente curioso (no lo hicimos xd).

Partimos la caminata que se encuentra al costado del camino vehicular y nos adentramos para rodear el Morro Negro, pasado esto atravesamos el largo Valle de la Engorda hasta llegar al final donde se encuentra la quebrada en la que hay que montarse. La Chuchú que había ido hace un año atrás contaba que en esa quebrada caía una pequeña cascada, la cual este año ya no se encontraba, a lo largo del viaje nos percatamos de las consecuencias de lo seco que fue el año 2019. A pesar de lo seco, el San José nunca dejó de encantarnos con sus paisajes llenos de flora y fauna, de hecho a los pies de la quebrada logramos ver una Perdicita Cojón, y así fue como comenzamos el ascenso en el que estaríamos inmersos por 3 días.

(Volcán San José visto desde el Valle de la Engorda)
(Perdicita Cojón en el sector del Valle de la Engorda)
(Quebrada sur)
(Flora en el sector después de la quebrada)

Desde Santiago que veníamos debatiendo cómo distribuir nuestros días en cuanto a los lugares de campamento: entre equiparar el desnivel y horas de caminata entre los días, o subir lo más posible los primeros días, cosa de descansar y aclimatar el dia anterior a la cumbre. Al final optamos por la primera opción, bajo la opinión de la experiencia de Chuchú, además de las energías y tiempos que disponíamos cada dia.

El primer día estaba despejado y era uno de esos bien calurosos, considerando esto y el peso, decidimos que en el Refugio Plantat cenaríamos y rellenaríamos las botellas de agua, para luego retomar hacia el campamento que se encuentra en el sector de Las Lajas (3500 msnm) y, dependiendo de cómo nos sintiéramos, veríamos si seguíamos hasta el campamento siguiente (4.200 msnm).

El Plantat es muy ameno, el refugio es muy acogedor y las vegas que lo rodean contrastan con la aridez del cerro, dándole un aire especial. La avifauna ronda bastante el lugar, destacando el avistamiento de Chirihue Dorado, Dormilona Fraile y Cometocino de Gay. En el refugio conocimos a un caballero llamado Nelson, quien es muy agradable y dijo pasar cada año nuevo y navidad en el Plantat. También nos encontramos con algunos montañistas que venían descendiendo, y otros ascendiendo. Lamentablemente, el cuerpo de agua frente al refugio se encontraba bastante disminuido respecto del año pasado.

(Dormilona Fraile en el Plantat)
(Cuerpo de agua del refugio Plantat y vegas)

Después de cenar y descansar harto rato, subimos hasta el sector de Las Lajas donde decidimos quedarnos. Cabe señalar que el haber comido y rellenado agua en el plantat fue una buena estrategia, ya que en Las Lajas no había nada de nieve (prácticamente no había nada de nieve en el todo el cerro, solo algunos penitentes y el glaciar), había agua solo en el principio de los acarreos después de Las Lajas, después en el acarreo para comenzar a subir hasta el C1 (4200 msnm), en el C1 (la cual salía turbia) y en el campamento intermedio (4620 msnm). El atardecer fue muy bello, y en la noche se escuchaban los desprendimientos de roca a lo lejos, lo que le hacía sentir a uno su pequeñez frente al mundo.

(Flora en el sector camino hacia Las Lajas)
(Pircas en el sector de Las Lajas)

El segundo día de expedición (domingo 29), inició con buen tiempo, despejado y caluroso. Además, la Scarlette se encontró dos saltamontes dentro de su zapato lo que tomamos como buen augurio. Cabe destacar un gran misterio, el sector estaba repleto de saltamontes! aparecían en cada paso que dábamos, saltaban de un lado a otro y habían de todos los tamaños. También se veían algunas mariposas.

(Saltamontes que estaban en el zapato de la Scarlette, posiblemente apareándose)

Comenzamos a caminar a las 9:30 am hacia el Campamento Intermedio (4.620msnm). Ya habiendo llegado a los 4 mil, comenzamos a notar la altura pero nada fuera de lo normal. El terreno es muy pedregoso, pero de fácil tránsito, exceptuando claro, por la pendiente y el peso en los hombros. Es así como continuamos hasta alcanzar el Campamento 1 (4.200msnm) donde almorzamos y dormimos una siesta larga, el calor en ese entonces era bastante, y desde donde estábamos vimos unos delgados penitentes que sostenían grandes rocas, pudiendo apreciar cómo uno de ellos se deshacía, probablemente debido a las altas temperaturas que se presentaban, dando lugar a una caída de roca y dándonos oportunidad de observar el riesgo del cruce de penitentes que nos tocaba seguir. Ya retomada la caminata, nos montamos en los primeros penitentes, que en comparación a los del año anterior estaban muy disminuidos (testimonio de Chuchú). En ellos no fue necesario el uso de crampones, algunos nos maravillamos por su belleza y otros estaban nerviosos ante el peligro de los desprendimientos. Una vez cruzados, seguimos el ascenso por el lado sur de los penitentes, en donde el sendero se encuentra al pie de una ladera con rocas sueltas.

(Siesta en el C1 a los 4200 msnm)
(Penitentes camino hacia el campamento intermedio)
(Gaby abriendo camino en los acarreos hacia el campamento intermedio)

Luego de 1,5 hrs, logramos asentarnos en el Campamento Intermedio, donde estaban desarmando campamento una pareja. Él nos contaba que se apunó a los 5.600 msnm, y su polola Renata que iba muy bien a los 5.700 msnm, tuvo que bajar para que se devolvieran juntos, y dejándonos bastante en claro que tuvieron que afrontar mucho frío. También nos relató de un grupo de 3 personas que habían subido la noche anterior, logrando hacer cumbre sólo dos de ellos, porque al congelarse uno de los párpados del tercer integrante, éste debió bajar. Es así como comenzamos a discutir acerca de la hora de salida de nuestro tercer día hacia la cumbre. Si salíamos muy temprano, nos arriesgábamos a caminar sin sol muchas horas, y por tanto a bajas temperaturas, pero si iniciábamos muy tarde, el riesgo apuntaba a que la cumbre del San José se cubriera de nubes, lo que también pondría en riesgo nuestro objetivo. Las últimas luces del día nos despidieron con un hermoso atardecer y alguna que otra Dormilona Cenicienta que rondaban el campamento. La mayoría nos dormimos temprano, expectantes a lo que se vendría al día siguiente.

(Campamento Intermedio a los 4620 msnm, atrás a la derecha se ve el acarreo hacia el C2)
(Últimas luces en el Campamento Intermedio (4620 msnm))

Tercer día de expedición (lunes 30) y sonaron los despertadores cercanos a las 4 am, logrando iniciar el camino a eso de las 5:30 am. No corría viento ni estaba muy helado, por lo que las condiciones eran buenas, todos habíamos dormido bien y el primer acarreo nos esperaba. Logramos terminarlo luego de un poco más de 1 hr, ya pudiendo apagar las frontales y con una vista preciosa del amanecer en el Campamento 2 (4.800msnm). La Gaby, debido al frío en sus manos, decidió dejar sus bastones cerca del inicio del trayecto con el propósito de recogerlos al regreso de la jornada… decisión que más tarde nos daría risa por la seguridad con que lo hizo, cuando en general es una persona indecisa y habiendo existido la posibilidad de guardarlos en su mochila (xd).

A los 4.800 metros, la altura se hacía notar para la mayoría de nosotros, cada paso requería concentración, respirar, paso, respirar, paso… parar a hidratarse… obtener energía. Las perspectivas iban mutando a un horizonte cada vez más amplio, de fondos de montañas vistas ahora desde arriba, dando lugar a sensaciones nuevas, que se combinaban con emoción y cansancio, en el inconsciente de los más cansados y tal vez consciente de los más enérgicos, donde el cuidado entre nosotros eran asunto central del momento consciente.

(La vista pasado el C2)
(Pasado el C2)

Una vez en el campamento de los 5.100 msnm valoramos el acto de acampar en ese sector, y observamos el cruce del glaciar y el cono truncado que tendríamos que ascender posterior al cruce del glaciar, después de los cuales el desnivel faltante sería menor.

El llegar hacia el cruce se hizo un poco eterno, se veía al lado pero no era así. Cuando estábamos llegando hacia el cruce nos debatimos si subir más y evitar el glaciar o atravesarlo, al final decidimos lo segundo, así que nos pusimos los crampones y la chuchú fue abriendo el camino.

(Llegando al final del cruce del glaciar para empezar a ascender hacia el cono truncado)

Pasado el cruce del glaciar miramos el camino hacia el cono truncado y pensamos que no nos tomaría mucho, pues se veía corto, sin embargo esa subida fue el momento de mayor esfuerzo físico y mental de la jornada. Empezada la caminata el grupo se separó en ritmos de marcha, debido a que algunos se encontraban más afectados que otros por la altura, sin embargo, los más rápidos esperaban a los más lentos cada cierto tiempo. Después sabríamos que varios de nosotros sosteníamos el ascenso motivados por nuestrxs compañerxs, y que secretamente, estábamos a todo dar, atentos hasta qué punto era posible continuar, fue chistoso porque después hablamos sobre este momento y todxs estábamos tirando la toalla en nuestra cabeza, pero nos manteníamos caminando igual como zombies. Después de ascender al Cono Truncado la inspiración y energía volvió al cuerpo, y todo fluyó anímica y físicamente entre nosotros para alcanzar la cumbre!

Renovación de energías junto al tecito con miel! El compañerismo del grupo fue notable, sin el cual quizás varios no habríamos llegado. El buen ánimo se contagiaba. Destacó la compañía de Vale, que fue crucial para el ascenso de Gaby desde el último tercio del cono truncado (narrador de estas frases escribiendo), quien veía cómo el grupo cada vez iba más lejos y ella estaba apenas con la altura, física y anímicamente. Y también destacó el buen ánimo de Scarlette, única no afectada por la altura, inyectada de energía, y de Chuchú, quienes nos animaban a seguirlas cuando nos esperaban, transmitiéndonos alegría con sonrisas y gritos de ánimo, con una precisa, efectiva y posiblemente casual estrategia de partir inmediatamente cuando las alcanzábamos, alentándonos a seguirlas y no enfriarnos. Y Juampi, siendo veloz, esperaba y conectaba al grupo de apertura y cierre, también dando ánimos con su presencia, desde las colinas. Desde la cima del Cono truncado el viento aumentó, sin embargo para encontrarnos a los 5.600-5.700 de altura no podíamos contar con mejor tiempo! La Scarlette llevaba equipo de muestreo de bacterias y variables fisicoquímicas para su laboratorio! (en toda la subida fue tomando muestras, del glaciar, del cono truncado, del cráter, etc.). Dentro de su equipo se encontraba un termómetro con el que tomaba la temperaturas! ahí nos dábamos cuenta de la diferencia de temperatura en comparación al año pasado, la que más nos llamó la atención fue que a los 5100 msnm sin viento hacían 5 grados.
Cuando llegamos al cráter todxs estábamos como zombies menos la Scarlette, quien tomó el liderazgo y nos alentó a seguir el último tramo que quedaba, así que se fue abriendo el camino hacia la cumbre. Es probable que este haya sido el momento de más estrés para ella, ya que el camino hacia la cumbre internacional es bastante expuesto y nostrxs íbamos a penas, y nos gritaba que no nos fuéramos tan cerca del cráter a lo que obviamente ningunx escuchó, hasta que la Chuchú se cayó (no hacia el cráter por suerte :D) y de ahí nos alejamos un poco de la orilla del cráter.

Cuando llegamos a la cumbre nos abrazamos unx a unx, y admiramos lo gigantesco del cráter, lo habíamos logrado! No había ninguna sola nube en el cielo, y el viento y frío estaban bastante soportable, era como si todo se hubiese sincronizado para que ese día estuviéramos en ese lugar, así que en nuestros suspiros se oían las gracias por poder estar ahí.

(Cráter del volcán San José)

A medida que bajábamos se nos iba pasando la puna y podíamos de a poco volver a hablar normal y reírnos. De vuelta en el campamento llegamos a echarnos y no movernos más, no podíamos dejar de soltar quejidos de dolor corporal. La gaby fue la última en llegar porque no encontraba sus bastones que había dejado al comienzo del ascenso, al final lo habían tomado unos chiquillos que habían llegado ese día al Campamento Intermedio y se los devolvieron (así que no se preocupen fiscalizadores de NDR jeje). Comimos y nos dormimos al tiro, al día siguiente nos esperaba la bajada, así que acordamos que saldríamos temprano para llegar temprano a ducharnos y arreglarnos en nuestras casas para el año nuevo.

Cuarto día de expedición (martes 31) y último, como era de esperarse salimos más tarde de lo planeado. Empezamos a bajar tipo 10:50 am, la bajada fue muy tranquila, excepto por la pasada por los penitentes, pero una vez superado ese tramo, ya todo era felicidad de haber llegado a la cumbre y estar camino a nuestras casas con mucho que contar y celebrar.

(Descanso a la bajada en el sector del C1)

Llegamos a Plantat y mientras esperábamos que llegaran los que faltaban, conversamos con don Nelson que nos contaba que él creía que las condiciones que se dieron no volverían a repetirse en años, lo que nos confirmaba que estuvimos en el momento preciso. Mientras, también escribíamos en el libro de visitas.

(De vuelta con la cumbre lograda, hasta pronto San José y gracias!)

Partimos del Plantat tipo 16 pm, y llegamos a los pies de la quebrada tipo 18 pm, lo que no teníamos previsto porque se suponía que estaríamos en el CabrerÍo como a las 17 pm. Lo anterior tuvo como consecuencia que cuando nos tuvimos que enfrentar al cruce de río, cuyo caudal de ida era pequeño, ahora de vuelta fuera casi imposible pasar por lo feroz de la corriente. Al principio el único que pudo pasar fue el Juampi, e intentamos tirar rocas (el Juampi desde un lado del río y nosotras desde el otro) muy grandes y pesadas que nos costó mucho mover, y que el río se las llevaba como si nada. Estuvimos un largo rato craneando cómo pasarlo, hasta que encontramos un lugar al que podíamos saltar. Primero saltó la Vale, luego la Chuchú, después la Scarlette, y por último la Gaby, quien primero nos lanzó su mochila y después saltó ella. Superado eso, íbamos muy tarde, así que le pusimos toda nuestra energía al último tramo para llegar al Cabrerío. Cuando llegamos al auto (no le había pasado nada a las ventanas jajaja) empezamos a ordenar nuestras cosas, y de repente vimos a la Gaby correr, así que miramos y estaban la Su y la Daisy que iban a pasar año nuevo al Valle de la Engorda, fuimos a saludarlas y conversamos un rato, después de eso, comenzamos el viaje de retorno a nuestras casitas. A medida que se anochecía se cerraba un año lleno de experiencias fantásticas, de recuerdos hermosos, y de nuevos lazos bacanes. Y obvio que a la vuelta nos fuimos escuchando y cantando La Oreja de Van Gogh, y ahora con señal también a… Chayanne.

(Casi a los pies de la quebrada, inocentes sin saber lo que nos depararía el río)