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Volcán San José

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Volcán San José

Salida Deportiva y de Aclimatación

Lugar: Volcán San José, R.M (5.856 m.s.n.m)
Objetivo: General: Cumbre; y en específico: aclimatar para el grupo “Tupungato”

Fecha: 15 a 18 de enero, 2016

Participantes:

De una u otramanera participaron de la salida: Eric, Tamara Rivera, Dager Bovarán; Ignacio Quiroz, Ingrid Alvial, José Miguel Diaz, Armin Aros; Gabino Reginato, Felipe Morales; Felipe Grasset, Paula Urizar; Francisco Osorio, Nicolas Villar y Alejandro Sánchez. Contábamos con mapas, teléfono satelital, señal de Claro en algunos lugares y 3 radios con canales cerrados.

Día 1:

El día 15 salimos 2 grupos a distintos horarios de Santiago con el objetivo de hacer el C.1 a 4.200, el C.2 a 4.800, atacar cumbre, bajar a hacer C.3 en Plantat y regresar descansados a Stgo., además de haber dormido en altura para aclimatar. Dado el retraso en la salida y lo duro del itinerario, se replanteó el C.1, llegando a “Las Lajas” (~3.600).

Ahí nos quedamos Paula, Felipe, Felipe, Gabino, Pancho, Nico, yo, Ingrid, J.M., Armin, Nacho. Ese mismo día en la noche salieron de Stgo. Eric, Tamara y Dager, sólo Dager con posibilidades de hacer cumbre. Ellos tuvieron que cruzar los ríos de La Engorda de noche y llegaron a Plantat muy tarde, donde hicieron el C.1.

Día 2:

La salida se demoró en parte porque el objetivo de quedarse a 4.800 parecía no tener sentido al tener que esperar a Dager y Tamara que se unirían al grupo, pero saliendo desde Plantat. Se decidió Llegar al campamento de 4.500 y pasar las próximas dos noches ahí para aclimatar. Antes de salir, mientras todos arreglábamos nuestro equipo, Armin nos anuncia que luego de conversar con su cordada decidió bajar, por problemas laborales. El camino desde las Lajas a 4.500 tenía bastante nieve, no vimos desprendimientos y entre los 4.200 y 4.500 pudimos rodear el glaciar de roca sin problemas. En los 4.500 había agua de deshielo. Dada la cantidad de carpas, quedamos dispersos en 3 sectores. Tamara y Dager llegaron sin problemas quedándose en el sector más bajo, con Gabino y Felipe.

Día 3:

Tamara y Gabino regresaron a Santiago. Atacamos cumbre: Ingrid, Ignacio, J.M., Dager, Felipe M., Felipe, Paula, Pancho, Nico y yo pasado las 4,00 a.m., buscando montar el acarreo y dirigirse al portezuelo entre las cumbre norte y principal para tomar el filo norte hacia la cumbre. Llevamos 2 radios una para los que abrían, otra para los que cerraban. La 3ra la bajaron para cuando hubiese que coordinar el regreso.

El acarreo lo sorteamos muy lento por una ruta diagonal. Ahí perdimos tiempo y energías. Sin embargo teníamos tiempo y los días previos la cumbre se mantuvo despejada durante todo el día, por lo que mantuvimos el ascenso. El grupo se dispersó por cordadas, y dado no subieron Tamara y Gabino, Felipe M. se unió con Paula y Felipe, y Dager con Pancho, Nico y yo. Ingrid decidió bajar luego de sentir mal de altura y correr riesgo de deshidratarse, siendo acompañada por Ignacio y J.M. siguió solo, pero se quedó con la radio de cierre.

Antes de llegar al portezuelo, se hizo un traverse por el glaciar hacia el filo norte de la cumbre principal. El cruce nos tocó ya con luz del día y además estaba con nieve que se podía cantear o hacer peldaños, por lo que no usamos crampones. Las cordada que iba adelante trataba de tener contacto visual con la de Paula y los Felipes y contacto con radio con J.M. pero nos distanciamos mucho durante el ascenso por el filo.

Arriba, se sentía la altura y el frío, y una vez en el borde del cráter, cada uno se sintió pequeño ante la inmensidad del desafío: una cumbre lejos hacia el este, un cráter enorme entre-medio y la cumbre oeste lejos al otro lado… ¿a dónde vamos? ¿vamos a la este, rodeamos y luego a la oeste?. Decidimos ir a la cumbre este que sabíamos era la más alta, caminamos rodeando el cráter y sintiendo viento sur que dificultaba el ascenso tanto como bajaba la sensación térmica. Mi cordada se separó en dos, Nico y Pancho adelante, Dager y yo más atrás. Dager quiso regresar. ¡Pero si ya estamos llegando! llegamos a un morro, pensamos que la cumbre estaba atrás, y lo estaba, pero bien atrás. Al Dager casi se le cae la cara, pero se veían Nico y Pancho en la cumbre. ¡Vamos! Seguimos y llegamos ¡Duro el cerro! ¡fuerte el viento! ¡se siente la altura! Llegamos. Yo me recosté y parecía momia, a Dager estaba con frío y se acurrucó entre-medio. Esto mientras esperamos. Llegó Felipe M. y después el otro Felipe y Paula. Faltaba J.M. ¿Lo esperamos? ¿Cuánto tiempo más? Contacto por radio, instrucciones. Ya la foto y nos vamos. Y Llegó J.M. El mismo J.M. dijo que le sorprendió que lo hayamos esperado tanto allá arriba. La foto cumbrera está con los 8 rameros (tipo medio día?).

Al regreso no hubo complicaciones, en el campamento nos encontramos con Ingrid quien instó a la convivencia del grupo. Primero pidiendo que haga mate para hidratar y compartir, luego instando a cocinar todos juntos. La tarde de descanso y recuperación fue súper grata. Los que tenían la carpa lejos igual pese al cansancio fueron a buscar su comida y utensilios para cocinar juntos, compartir el campamento, reconstruir la historia desde las distintas miradas y para la sana dispersión (a veces llena de imaginación, gracias al agua demasiado pura y/o a la falta de oxigeno).

En esas horas de relajo había que usar el teléfono satelital para coordinar con Gabino la hora de regreso, cosa que por algún motivo no resultó.

Día 4:

El regreso a Santiago fue tranquilo y sin inconvenientes hasta que Pancho se torció un pie. Por suerte ya habíamos bajado el glaciar, pero estábamos sobre 4.000. Cuando lo vi, estaba sentado a pata pelá y recibiendo un medicamento de parte de Nacho. Dijo que se torció el pie y se estaba vendando. Como cordada lo esperé para que bajemos juntos, el Nico le había cambiado su piolet por un bastón doblado y siguió adelante. Al verlo cojear, le ofrecí llevarle equipo, cosa que el Pancho no quiso por un rato. Luego de un trastabilleo y evidente dolor, le pedí que aliviane su mochila y me lleve cosas pesadas. Más abajo nos esperaban Nacho y Nico y ellos también cargaron peso. Tratamos de bajar por nieve haciendo peldaños para evitar que Pancho tuviera que cantear o pisar fuerte. A esa altura ya estábamos cerca de las Lajas, donde nos esperaba el resto del grupo. Desde ahí bajamos todos juntos.

Hasta Plantat no hubo mayor problema. Ya había habido contacto con Gabino y especulamos como regresar sin el vehículo de Armin. Descansamos bastante en Plantat y luego seguimos bajando. La parte dura para el Pancho fue la bajada a La Engorda. Mientras bajamos veíamos a Gabino corriendo por la Engorda. Nos juntamos y luego nos tocó el cruce de ríos, que por la hora estaban crecidos (tipo 17 hrs). De ahí todo era “plano” hasta el Cabrerio. Nos apretamos 11 rameros en la camioneta hasta San José, donde Ingrid, Ignacio y J.M. tomaron transporte público para bajar a Stgo. Eso luego de evaluar la salida y alimentarnos. Como era día lunes, estaba casi todo cerrado, pero los sandwiches en San José valieron la pena.

Relato por: Alejandro Sánchez